Recuerdo que hace meses, no tantos, los miembros del Gobierno, concretamente del departamento de Educación, aseguraban que el sistema educativo español no necesitaba más reformas legislativas, que ya había habido muchas, que no habría una nueva Ley de Educación.
Efectivamente, no parece necesario escribir en un papel en blanco un nuevo texto legislativo que regule la educación en España, solamente es necesario tener tiempo y ganas de darle la vuelta por completo a la actual Ley Orgániza de Educación para convertirla en un Frankestein de la LOCE.
Antes, si es posible, mejor «ajustarle» al sistema educativo público el cinturón y que cuente con otros 3.000 millones menos (hoy sabemos que el Gobierno se gastará entre 7.000 y 10.000 millones en «senear» el agujero de Bankia, abandonado por Rodrigo Rato poco después). A no, que no se restan, es simplemente que se dejan de invertir. No es lo mismo. Como tampoco lo es despedir profesores o dejar que expiren sus contratos. Efectivamente, no es lo mismo.
Tras el recorte, lo único que hay que hacer es llenar las clases de chavalas y chavales (hasta los límites de lo físico), y que tengan unos cuantos profesores menos. Después de eso, también se puede decidir que trabajen, los que quedan, unas cuantas horas más a la semana. Cierto, no cambias la letra de la LOE, solo haces que la educación para todos sea prácticamente imposible, que la atención individualizada no pase de ser una bonita expresión vacía.
E insiste el ministro Wert en que todo esto nada tiene que ver con la reforma del sistema educativo que quieren llevar a cabo y que se realizará el curso que viene… Bueno, la supresión de 4º de ESO y el aumento del Bachillerato/FP, la eliminación de optativas, el adelanto en la separación de alumnos en diferentes etapas postobligatorias; el aumento de tasas universitarias; la modificación de la política de becas (universitarias, de momento); la FP dual sin dinero de la empresa, etc. a mí, de momento, me parece cambiar por completo la LOE.
Y eso por no hablar del carácter asistencial que se le dará a la muy adelgazada Educación Infantil. Total, todos los expertos saben que los niños hasta los 6 años no son personas con derechos, sino mascotas que podemos almacenar en «guarderías». En esos años, como todo el mundo sabe también, niñas y niños no aprenden nada en absoluto. Nada. Hasta que no llegan a Secundaria no.
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